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Ahora que vas a querer tomar croquetas a todas horas queremos descubrirte mucho más sobre este delicioso bocado. ¡Porque la croqueta ha dado muchas vueltas hasta llegar a España!
Croqueta, el origen de la palabra
Etimología
La palabra croqueta debe su nombre a la onomatopeya “croc” que imita el sonido de algo que cruje; de hecho, croquer significa crujir en francés y croquette se trata de su diminutivo.
Historia de la croqueta
El origen de la croqueta
A pesar de que se dice que los romanos ya comían algo parecido, la primera vez que aparece publicada una receta de croques fue en Francia en 1691 y en su origen no llevaban bechamel; eran unas pequeñas bolitas hechas de carne, huevo, trufa y hierbas empanadas y fritas que François Massialot llamó croquets (en masculino) e incluyó en su recetario “Le cuisinier royal et bourgeois”.
¿Qué sería de una buena croqueta sin una cremosa bechamel? Existen diferentes teorías, pero la que cobra más peso es la que le adjudica su creación al chef François Pierre de la Varenne, cocinero de Luis XIV y fundador de la cocina clásica francesa. Escribió en 1651 Le Cuisinier François, libro en el que incluyó la primera receta escrita de la salsa cuyo nombre homenajea a Louis de Béchameil, marqués de Nointel, mayordomo en la corte, importante financiero y un caballero de gustos refinados.
Tuvo que transcurrir más de un siglo hasta que Marie-Antoine Carême, en 1817 prestigioso cocinero de la realeza, sirvió en un banquete por primera vez “croquettes a la royale” para agasajar al Príncipe Consorte de Inglaterra y al Gran Archiduque Nicolai de Rusia, unos bocaditos de bechamel que resultaban crujientes al haber sido rebozados en una gruesa capa de harina o pan rallado y fritos en la sartén.
A partir de entonces tomó protagonismo en las mesas de las clases altas esta versión cada vez más parecida a la actual.
La primera croqueta de España
Te sorprenderá saber que, en España, la primera receta de croquetas publicada en un libro es dulce, de arroz con leche, y se incluyó en el Manual de la criada económica y de las madres de familias que desean enseñar a sus hijas lo necesario para el gobierno de su casa en 1830; aunque ya a principios del siglo XIX se comían croquetas en nuestro país. En 1812, en plena Guerra de la Independencia, las tropas inglesas que venían a liberarnos de Napoleón degustaron croquetas en una cena que se les ofreció, así lo atestigua una minuta de la cena.
Las mejores croquetas
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